Hay muchas personas que se guían por el numero de asistentes a una determinada Iglesia para dictaminar su estado como congregación. Es así que dicen que una Iglesia de 15 mil o 20 mil miembros es una Iglesia grande y sana y fuerte y otra que ni pasa los 100 miembros es débil y pequeña.
Esta misma lógica va también para los ministerios juveniles. Pero para la matemática de Dios, las cosas no funcionan así, Dios no se guía ni por los números ni por lo grande del templo sino por los frutos y por lo que en las Iglesias se predica.
De que sirve tener 3 mil o 4 mil asistentes en tus reuniones de ministerio juvenil si ninguno de ellos se conoce entre si? Si los lideres y pastores no hacen un seguimiento y discipulado a sus jóvenes y ni siquiera saben sus nombres?
Pues este es el mal de las mal llamadas "mega iglesias" de la actualidad, que solo les importa llenar sus templos sin importar que tipo de alimento le dan a sus jóvenes. Por eso de los 4 mil jóvenes que pueda tener una congregación (por tirar una cifra) solo 100 de estos son cristianos convertidos y el resto son jóvenes convencidos que no tienen una relación personal con Dios y que van a sus casas de la misma forma en la que fueron a las reuniones. No digo que en todos los casos sea así pero en la gran mayoría.
Sin embargo hay grupos de jóvenes de congregaciones mas humildes y menos numerosas pero sus lideres y pastores se preocupan por cubrir las necesidades espirituales, de afecto, de identidad y pertenencia que tienen los jóvenes de su grupo. En dichas congregaciones se preocupan por la madurez espiritual de sus miembros y les dan alimento espiritual solido basado en la palabra de Dios y potencian a los nuevos lideres. Como he dicho antes, lastimosamente no todas las Iglesias pequeñas son así tampoco.
He dado 2 modelos de ministerios juveniles; el primer modelos que es el de las mega iglesias son vistosas para los hombres pero Dios les ha bajado el pulgar, no crecen sino que engorda. El segundo modelo de ministerio juvenil no es tan reconocido pero es aprobado por Dios, crece y se fortalece constantemente.
No me mal entiendan, el número si importa. Debemos predicar el evangelio a la mayor cantidad de personas posibles, sin distinción alguna y cuando crean discipularlos en la Sana Doctrina. Así funciona un Ministerio juvenil sano.